Biofilia

Este concepto que Edward O. Wilson creó y desarrolló, habla de la búsqueda del ser humano a ponerse en contacto con otros seres vivos para sentirse en paz, equilibrio y armonía. Es amar todo lo que vive.
Estar rodeado de naturaleza, supone un impacto positivo en nuestras emociones y en nuestra forma de pensar, es esencial para un desarrollo mental, físico y emocional en plenitud.

En el campo de la medicina, la naturaleza resulta sanadora y acelera procesos de recuperación de los pacientes generando efectos fisiológicos muy positivos.

Según Yoshifumi Miyazaki, catedrático universitario japonés, investigador y subdirector del Centro de Ciencias Ambientales, de la Salud y del Campo de la Universidad de Chiba, “los entornos forestales promueven concentraciones más bajas de cortisol, menor frecuencia cardíaca, menor presión arterial, mayor actividad nerviosa parasimpática y menor actividad nerviosa simpática que los entornos urbanos. Estos resultados contribuirán al desarrollo de un campo de investigación dedicado a la medicina forestal, que podrá ser utilizado como estrategia para la medicina preventiva”.

Biofilia y arquitectura

Aplicar el concepto de biofilia en la arquitectura, nos impulsa a integrar la naturaleza en los espacios interiores, desdibujando los límites entre interior-exterior; considerar la presencia del verde en los espacios; incorporar huertas en las viviendas, en jardines, balcones o en cubiertas verdes; y profundizar en la gestión de la luz natural, son algunas de los recursos del diseño biofílico. Vivir en espacios que incorporen este concepto, aumentan la creatividad, el bienestar y la productividad de las personas que los habitan, bajando los niveles de estres y ansiedad.